¡ Silencio !
Que enmudezcan los aromas del incienso y de la cera.
Que el rachear de alpargatas se torne brisa serena.
Que no se oigan las aristas de las piedras de tu iglesia.
Que hay Carmelitas orando tras celosías de hierro.
Que va el Cautivo camino del sufrimiento en silencio.
Enrique Vega Gálvez
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