GALILEO GALILEI
Poema de Carmen Gil
Entre llanto y ajetreo
llegó al mundo Galileo,
una preciosa mañana
en Pisa, villa italiana.
Su padre era comerciante,
un músico muy brillante
y hombre de vasta cultura,
amante de la lectura.
Galileo, desde infante,
fabricaba tan campante
máquinas de todo tipo.
¡Alguna quitaba el hipo!
Aunque quiso ser doctor,
se convirtió en profesor,
prestigioso matemático
y más tarde en catedrático.
Casi hace medio milenio
que a fuerza de empeño, ingenio,
fantasía y amor propio,
inventó su telescopio.
Y mirando, como lelo,
todos los astros del cielo
a través del aparato,
se pasaba mucho rato.
Vio la Luna y sus montañas,
cientos de estrellas extrañas…
Vio Júpiter y Saturno
mirando el cielo nocturno.
Gritó tras mucho observar:
"Es centro el astro solar
del sistema planetario"
¡Un hallazgo extraordinario!!
"Y los planetas -decía
como Copérnico un día-
dan vueltas alrededor
del Sol, que nos da calor".
Al saberlo, el Santo Oficio
lo apresó y lo llevó a juicio.
Lo condenó por falsario
a arresto domiciliario.
Hoy sabemos, sin cuestión,
que el sabio tenía razón.
Autora: Carmen Gil
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